Acertar con el vino es siempre garantía de éxito. Un proceso que va desde la selección de un buen caldo hasta la temperatura o la forma de servirlo. Pero siempre con una premisa: consúmelo con moderación y lentamente para disfrutar de todos sus matices.
Elige el vino:
Déjate guiar por tu intuición o por los consejos de un experto. La etiqueta en ocasiones es un buen referente. Detrás de cada una de ella tienes toda la información que necesitas: variedad de uva, DO, bodega, añada, graduación, pequeña descripción de cata....
Abre la botella:
El vino es uno de los pocos productos de consumo que viene sin fecha de caducidad. Cambia de color, olor y sabor en función del momento de descorche. Corta la cápsula metálica exterior y evita que toque el vino. Luego, descorcha sin que se rompa el tapón, sin empujarlo hacía dentro y sin atravesarlo.
Decántalo:
Una vez abierto, si lo deseas, puedes pasarlo de la botella al "decantador" para airearlo y para separar el posible sedimento del fondo de la botella.
A cada vino, su copa:
Para vinos jóvenes (tanto blancos como tintos) se recomienda una copa con boca abierta y acompañan a la perfección arroces, consomés, mariscos, pescados y carnes blanca.
Para reservas y/o crianzas se recomienda una copa con una boca ligeramente cerrada para concentrar todos los aromas del vino sin que por ello se airee y para llevar mejor el vino a la punta de la lengua y al final del paladar. Refuerza el cuerpo de los vinos más viejos, sin dejar que se escapen matices. Perfecto con carnes rojas, quesos curados y guisos.
Para el cava, la forma aflautada de la copa ayuda a enfatizar el aroma y la textura de los espumosos sin que predominen las burbujas. Son altas, estrechas y cónicas en la parte superior para evitar que el cava pierda efervescencia.
Sírvelo:
Vierte la misma cantidad a todos los comensales, no más de un tercio de la capacidad de la copa. Hazlo lentamente hacia el centro, llenándola justo por debajo de la parte más ancha para que los vapores del vino la llenen y permita a tus invitados girar el vino sin que se derrame ni salpique a nadie. Y, sobre todo, no olvides que no debes servir vinos con más cuerpo y sabor antes que otros más jóvenes y ligeros.
Disfrútalo:
La temperatura es fundamental. Los blancos y los cavas se han de servir entre los 6 y 10ºC, los tintos jóvenes entre los 12 y los 14ºC y ningún reserva debería beberse por encima de los 18ºC, ya que el calor resalta sus aspectos menos agradables.
Consejos básicos:
- Aprende a saber más del vino que tienes entre tus manos. Conoce su origen, la variedad de la uva o esas características que lo hacen único.
- Bebe lentamente y saboreándolo. Tómate el tiempo necesario para apreciar todos sus matices.
- Consume con moderación. Lo ideal son pequeñas cantidades (una copa), siempre acompañado de alimentos.
- Un buen maridaje es una de las claves del éxito final. Y para dosificarlo, bebe agua.
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