Cuarenta y tres son las variedades de flores que incluía el primer estampado Flora de Gucci, tres las campañas que Carlota Casiraghi ha realizado para la firma, y una y única la princesa devenida modelo para devolver todo su esplendor a los emblemas de la casa italiana.
Primero fue la tribanda verde-roja-verde, después su célebre horsebit y ahora, el pañuelo de seda que celebra la feminidad y por qué no, la naturalidad. En las nuevas imágenes promocionales, podemos ver a Carlota, sin artificios, más bella que nunca. Con sus grandes ojos azules, sus cejas gruesas y sus labios voluptuosos como complemento perfecto al estallido primaveral de esta campaña, obra y gracia de Mert Alas y Marcus Piggot.
Se trata de la tercera de la serie Forever Now con la que Gucci rinde homenaje a sus símbolos más representativos que la prima donna de la moda internacional, Frida Giannini, ha recuperado de la tradición de la firma. "Flora en un símbolo de la mujer Gucci. Además, el estampado guarda un significado muy especial para mí puesto que descubrí el foulard porque mi madre y mi abuela lo llevaban en mi infancia, a la largo de los 70", explicaba la directora creativa. También a Carlota la ata un vínculo muy especial con esta icónica prenda.
Y es que el primer pañuelo, el que contenía 43 variedades de flores, diseñado por Rodolfo Gucci, hijo del fundador, fue entregado en 1966 a Grace Kelly. Así que su belleza no es lo único que la princesita monegasca ha heredado de su abuela sino también su estrecha relación con la firma italiana.
vía glamour
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