Por los cuidados detalles que emana desde su exterior, notamos que no estamos ante un bar cualquiera: la tipografía y color de su logo, sus imponentes porticones verdes, sus altos ventanales, sus paredes de ladrillo viejo, sus múltiples y bellísimos muebles, mesas o sillas de madera oscura o metalizadas, sus lámparas industriales, sus estanterías o hasta sus baldosas blancas.
No obstante, aunque la decoración sea un deleite, cierto resulta que ello no es lo único que sorprende de este cálido bar del Eixample Esquerra, puesto que después de probar la carta de Tarannà hemod certificado también su nivel y amplia oferta culinaria. Desde quiches, a rollitos crujientes, a patatas al horno (marinadas con pimienta y romero), hasta un completo combinado de salsas (dips de hummus, olivada, zakiki griega, etc.) con tostadas, ideal para compartir en grupo.
Es el sitio perfecto para desayunos, vermuts, meriendas o para los tan últimamente de moda brunchs. Tanto en su terracita (si el tiempo lo permite) como en su acogedor interior.
Carrer de Viladomat, 23
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