La tienda ocupa el local de la que hubiera sido una chocolatería modernista y mantiene intactos algunos elementos originales, como la bonita vidriera o el marco de madera de la puerta. Estos chocan con el blanco nuclear utilizado por Intsight Studio para la reconversión del espacio en una chocolate kitchen, como se autodenominan, contemporánea donde la atención recae, de entrada, en la pared de donuts tras el mostrador. Donuts artesanos, hechos a diario, sin menos grasas y tiempo de fritura, siempre recubiertos por una capa de chocolate –blanco o negro- y luego otro topping a elegir entre una gran variedad: de pistacho a frutos rojos pasando por ralladura de lima, plátano, coco, peta zetas o caramelo.
Aparte de los chöks, también presentan otras tentaciones alrededor del universo del dulce y del chocolate, como macarons, bombones, cupcakes, chocolate, tartas y hasta los famosos cronuts, un mix entre el croissant y el donut que ha revolucionado la Gran Manzana este verano. Todos ellos elaborados a diario en la cocina, a la vista, que da nombre al local y donde también imparten talleres gastronómicos bien curiosos para grupos de unas 4-5 personas.
Por ejemplo, este viernes, dentro de su monográfico de Arroz y chocolate, enseñarán recetas tan sugerentes como el risotto de setas con especias y chocolate mientras que el sábado será el turno del especial Tortillas y huevos con platos como tortilla de chips con chocolate blanco. Y es que desde Chök reivindican el chocolate más allá de la repostería y, no hay duda de que con su entusiasmo y ricas recetas, pueden asentar la base para una nueva corriente culinaria.
vía dolcecity
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