Os presento una receta malvadamente deliciosa para todos los amantes del queso como yo... para volverse muy adicto!!
La tartiflette es un plato típico de la gastronomía francesa, concretamente de la región de Saboya el cual se elabora con queso reblochon, el alma del plato, patatas, cebollas, bacón, pimienta, y vino blanco, aunque en la actualidad existen muchas versiones de este popular plato tan suculento y sustancioso.
Este plato aunque realmente no es una receta tradicional de la tierra, ya que lo inventaron en los años ochenta los integrantes del comité local del queso para así aumentar las ventas del queso Reblochon, pero fue tal el éxito que obtuvo, que hoy en día lo encuentras de forma habitual en los menús de la región francesa de Saboya y así como en el resto de Francia.
El Reblochon es un queso de corteza lavada, es decir, que la superficie del queso se frota con una solución de salmuera que hace que crezca una bacteria y transforme su textura haciéndola más suave, flexible y con una corteza pegajosa, la cual la podemos encontrar en una amplia gama de colores. Además de esta solución también se usa la cerveza, la sidra, o un destilado de uvas para lavar este tipo de quesos, entre los que se encuentra el Reblochon.
Es algo habitual en este tipo de quesos el fuerte olor que desprenden y que en ocasiones no se corresponde en absoluto con su sabor, ya que normalmente este suele ser más suave de lo que nos imaginamos, algo que a muchas personas les frena a la hora de consumirlo.
En esta receta se utiliza el queso Reblochon, que puede encontrar con cierta facilidad en los hipermercados, pero si no fuese así, sustitúyalo por otro como un buen Brie o incluso Emmental.
El otro ingrediente estrella de este plato son las patatas, búsquelas de la mejor calidad posible y si son patatas nuevas mucho mejor, ya que las vamos a cocinar con la piel. Ahora están en plena temporada y seguro que en cualquier mercado las encuentras sin ningún problema, su piel fina y lisa es perfecta para esta receta.
El toque de hierbas aromáticas me encanta, y admito que el romero, da un gusto especial que en casa nos fascina, aunque no dudéis en añadir cualquier otro. En casa siempre tengo un buen surtido de hierbas aromáticas, no cuesta nada tener un mini-huerto con ellas y el resultado es inigualable, siempre frescas y recién cortadas.
La tartiflette es un plato que os gustará, es completo, contundente, delicioso e ideal para disfrutar de una magnífica comida, además si lo acompañáis de una rica ensalada, tendréis un menú perfecto. Y ahora que tenemos estas buenísimas patatas nuevas en el mercado es la mejor ocasión sin duda alguna para disfrutar de este maravilloso horneado.
Ingredientes:
- 200 gr. de bacón ahumado
- 3 cebollas grandes
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de vino blanco
- 700 gr de patatas
- 300 gr de queso reblochon
- 170 ml de nata líquida
- sal
- pimienta negra
- aceite de oliva
- 1 ramita de romero
Elaboración:
En una sartén ponemos media cucharada de aceite de oliva junto con el bacón y lo freíamos hasta que esté dorado. Reservamos.
Cortamos las cebollas en rodajas finas y las freímos en una sartén con 4 cucharadas de aceite de oliva hasta que estén doradas. Cinco minutos antes de terminar de freírlas añadir los ajos cortados en láminas. Añadimos el vino blanco y los dejamos evaporar hasta que se haya consumido por completo.
Mientras se vamos friendo la cebolla preparamos las patatas, mejor si son nuevas, para ello limpiamos muy bien las patatas cuidándonos de que queden bien limpias y sin ningún tipo de restos en su piel, ya que las vamos a utilizar con piel.
Una vez que las hemos limpiado, las cortamos en rodajas de 1/2 cm. de grosor aproximadamente. Las ponemos en una olla junto con la rama de romero, un poco de sal y las cubrimos con agua fría. Las calentamos y cuando rompa el agua a hervir, las dejamos que se cuezan durante 5 minutos más, momento en el que las retiramos y las dejamos escurrir.
Añadimos el bacon a las cebollas y las mezclamos bien hasta integrarlo, retirar el exceso de aceite si lo hubiese. Cortamos el queso en rodajas finas, podéis quitar la corteza si os apetece, (yo siempre la pongo porque le da una textura magnífica y en ningún caso sientes que tomas corteza, pero tened en cuenta que el queso debe de estar fresco y tierno, si estuviese un poco más maduro y su corteza fuera más pegajosa, es preferible retirarla). Reservamos.
En la fuente donde lo vayamos a hornear, ponemos la mitad de las patatas en el fondo, seguidamente añadimos una capa de cebolla y bacón, añadimos un poco de pimienta, seguidamente añadimos otra capa de patatas y otra de cebolla y bacón. Seguidamente añadimos la nata líquida por encima. Y por último terminamos distribuyendo nuestro queso por toda la fuente.
Lo introducimos en el horno, precalentado a 200º, y lo horneamos durante unos 30 minutos aproximadamente o hasta que el queso adquiera un bonito color dorado.
vía Food and Cook
No hay comentarios:
Publicar un comentario