Hacía ya tiempo que teníamos en mente visitar Marruecos y a principio de enero, pusimos rumbo a Marrakech, la ciudad roja. Cogimos un vuelo directo de Barcelona a Marrakech, y llegamos a destino poco después de las 9 de la noche.
Nos alojamos en el Hotel Racine, por la zona de Gueliz. La primera noche la dedicamos a cenar tranquilamente y recorrer el barrio. La aventura empezaría al día siguiente...
Tras el desayuno, nos pusimos en marcha... Nos encanta caminar y en este caso, fue fantástico porque fuimos descubriendo mil detalles hasta llegar a la Plaza Jamaa el Fna, el centro de la ciudad y lugar con actividad a cualquier hora del día.
Llegamos muy fácilmente a la Puerta de Bab Agnaou, el acceso más bonito de la gran muralla que rodea la Median, muy cerca de esta puerta se encuentran las Tumbas Saadís.
Y ahora un paseo por el Zoco...
Place des Ferblantiers
Palacio de la Bahía
Hora de comer... Tajines de pollo y cordero
Té en el Grand Café de la Poste, uno de los locales más famoso y elegante de la ciudad.
Muy cerca del hotel, encontramos el Sport Lounge, un local donde ver los distintos eventos deportivos ( en una de sus 13 pantallas) y donde disfrutar de una cerveza...
Al día siguiente, empezamos el día en los Jardines Majorelle, conjunto adquirido y restaurado por el diseñador Yves Saint-Laurent en 1980.
Aprovechamos el último día en la ciudad, para pasar tranquilamente y hacer la compra de los recuerdos para la familia. Marrakech es una ciudad muy europea, donde encontrar casi de todo y totalmente segura.
Nuestra ultima cena en Marrakech fue en Katsura, restaurante japonés.
Al día siguiente, cogimos un vuelo hacía Fez, localidad que nos había recomendado muy encarecidamente unos amigos y decidimos alojarnos en un Riad, en el pleno corazón de la Medina.
Iniciamos la visita al Barrio Fez el Bali y a la Medina de Fez, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y siendo actualmente la Medina más grande del mundo, por la Puerta Azul o Bab Boujelud
Orientarse por la Medina no es cosa fácil, así que recomiendo contratar un guía... Nosotros nos aventuramos solos... y fuimos descubriendo los distintos artesanos.
Lo maravilloso de la Medina, es que tras cualquier esquina, puedes descubrir algo increíble. El último comerciante judío de la Medina, nos invitó a tomar un té y ver el interior de la antigua sinagoga .
Place El Saffarine
En este punto, en la parte más baja de Fez y en la Puerta Bab Sid L'Aouad se terminaba nuestra visita de la Medina... Y nada mejor que una terraza, con maravillosas vistas a la misma para disfrutar de un té con menta.
Borj Nord
Nuestro segundo día en Fez, lo dedicamos a visitar La Ville Nouvelle... y el Palacio Real
Iniciamos el tercer día en la ciudad, con una visita al Jardin Jnan Sbil.
Fez el Jedid, la zona del barrio judío
Aquí termina nuestro viaje, con buenos y malos recuerdos pero cada viaje es en sí una nueva experiencia....
Fotos de Puri L. González